Al parecer el hombre lobo más famoso de nuestros días, Taylor Lautner, no ha superado su ruptura con la cantante Taylor Swift.
La pareja estuvo saliendo varios meses hasta que en diciembre de 2009 rompieron. Desde entonces, Lautner ha estado intentando recuperar a su tocaya sin mucho éxito.
"Fue una gran brecha en su ego cuando Taylor (Swift) le dejó, pero no se rindió. Le enviaba flores y le compraba joyas... le escribía todo el rato", explicaba un allegado al tabloide americano The National Enquirer, insistiendo en que Lautner "no es otra cosa sino persistente".
El actor estaba profundamente enamorado de la cantante y sin embargo, para ella, tan sólo fue algo pasajero: "Taylor (Swift) no se podía creer que los sentimientos de Lautner hacia ella fuesen tan auténticos, así que le mantuvo alejado de ella. Al final le dijo de una vez por todas que lo dejase.Taylor (Swift) ni siquiera quiere ser su amiga a estas alturas".
Ahora Lautner por fin ha decidido dejar de guardar duelo a Swift, y para ello ha seguido una de las reglas más antiguas que existen, que no es otra que sacar a un clavo con otro. Para aliviar su dolor ha recurrido a su novia del instituto, Sarah Hicks. Pero según la fuente del Inquirer, existe un gran problema y es que "Sarah no sabe que ella es el camuflaje para el corazón roto de Taylor, pero al menos él está dejando en paz a Taylor (Swift)".
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